Por: Laura Inés Castro Cortes
"Marketing
es tener el producto adecuado, en el momento adecuado, adaptado a la
demanda, en el tiempo correcto y con el precio más justo".
Nos
estamos creyendo una de las tantas definiciones que sobre
el marketing existen. En este caso el producto adecuado es el
Alcalde, por el momento que vivimos, porque se
ha adaptado a todo lo que la comunidad necesita, justo en el momento
y claro por su justo precio.
Eso es lo
que algunos llamarían publicidad engañosa y que nos
confronta con la realidad en que vivimos. No quiero ser quejetas, ni
aguafiestas, pero los honores y premios que recibe nuestro primer mandatario,
no son coherentes con la situación de desempleo, inseguridad,
corrupción, movilidad y muchos otros problemas que aquejan a
esta querida ciudad.
Juega
papel importante la personalidad y estilo del mandatario. Que lo
seduzcan los cantos de sirena, que levite y no aterrice en la
realidad de una ciudad que necesita un líder con capacidad de autocrítica y una
gran dosis de inconformismo. Con un muy buen polo a tierra y deje de estar
buscando y pensado en reconocimientos y premios sin justificación
alguna. Que exhiba competencias de creatividad e innovación
administrativas. Que tenga mayor motivación de logro entre otras. Pero que
si se descontextualiza y se cree
un ser superior, apague y vámonos.
No
entiendo, a qué horas, dónde y con quiénes hacen los sondeos y
encuestas. Con base en qué estudios, qué documentación y cuáles resultados, los
organismos internacionales están soportando los bajos indicadores en
temas claves como desempleo, miseria y pobreza.
Lo que si
hemos visto los ibaguereños, desde el inicio de este mandato es que han
diseñado estrategias puntuales para agregarle levadura a la imagen
del primer mandatario, resaltando exageradamente las labores para las que se
hizo elegir y que es su deber llevar a cabo para cumplirle a sus gobernados.
Nos quieren hacer creer que Ibagué es casi el paraíso terrenal.
En esta
administración la contratación es impecable. El DANE está equivocado con las
cifras de desempleo, nuestra malla vial es formidable, el espacio público se
hace respetar, la movilidad se ordena con mucha autoridad, la
seguridad está garantizada al ciento por ciento, la pobreza es cosa
del pasado, en los barrios deprimidos los hogares tienen sus tres
comidas, los niños van al colegio, se puede recorrer cualquier lugar de la
ciudad y no se tendrán problemas de atraco, robo o agresión física.
Que los panfletos que circulan en algunos barrios con logo de las AUC, donde
amenazan con limpieza social, son temas aislados de su gestión.
Esta
estrategia de comunicación con los sectores vitales de la ciudad y con los
demás organismos en otros niveles, fácilmente podrá incrementar la afluencia de
visitantes, que llegarán a Ibagué para confirmar con sus propios ojos, si los
méritos que se le atribuyen al Alcalde, son ciertos y que la ciudad exhibe
tantas bondades. ¿Qué les vamos a explicar?
Es
importante que un mandatario se preocupe por generar y proyectar la buena
imagen de la ciudad que administra, pero no puede sustraerse de la realidad, y
menos distorsionar la verdad, frente a una sociedad que espera mucho más de él
como persona, como gobernante y como gestor. Que sepa
consolidar sus competencias personales y
profesionales con la imagen que vendió en campaña.