Frida Kahlo: Vida y Obra
¿Capricho vanidoso? Probablemente, no. Aunque Frida fue casi siempre su única modelo, su intención iba más allá de querer preservar la belleza de su juventud, ello estuvo más relacionado con su necesidad de identificarse con México, su tierra amada. El hecho en el cambio de su fecha de nacimiento tiene relación con el año del comienzo de la Revolución mexicana (1910) y el retiro del poder del presidente Porfirio Díaz.
Si esta mentira tan obvia nos resulta necia e
incongruente, incomprensible en contraste a su desenvuelto candor, ello sólo
proyecta, por un momento, la yuxtaposición de imágenes que encontramos en sus
pinturas. Frida nunca se detuvo ante los hechos tangibles para llegar y
expresar su propia verdad; en el caso de su fecha de nacimiento, la gran verdad
en este caso es que, el destino de ella y el de México moderno, estarían
intrincablemente conectados en un proceso de revolución y renacimiento.
Para comprender la naturaleza de esta artista
y sus pinturas es necesario poner a un lado todo tipo de convencionalismos,
incluso las fechas, como pudiera ser el caso. Asimismo, y mucho más paradójico
aún, esta comprensión requiere de que nos ubiquemos en el contexto de la
Historia en que sucede la vida de la artista. Frida misma, siendo una artista
revolucionaria, le toca nacer en el medio del caos político que vivía su país
el cual, pasaba por un proceso de sangriento renacer. Esa imagen, de acuerdo
con Frida, es mucho más verdadera que el hecho en sí mismo, sería trivial no
estar de acuerdo.
Frida Ya sea que estuviera en París, New York o
Coyoacán, Frida siempre vistió con el elaborado traje típico tehuano de las
indias doncellas. Así como la realidad de su país la fueron modelando y
definiendo, igualmente lo hizo su esposo, el muy conocido muralista, Diego
Rivera. Si México era para Frida su verdadero progenitor, Rivera, 20 años mayor
que ella representaba su "hijo grande"; ella solía llamarlo su
pequeño bebe. Frida conoció a Rivera cuando todavía era una estudiante en el
colegio. Un tiempo después, 1929, se convirtió en la tercera esposa de Rivera,
un hombre que, abiertamente fue diagnosticado por su médico incapaz para la
monogamia. No falta el mencionar que, esta relación fue una unión poco
convencional, problemática, sin embargo, apasionada que sobrevivió numerosas
infidelidades por ambas partes, separaciones e incluso, un divorcio en 1939 y
la consecuente reconciliación, celebrando un segundo matrimonio en 1940. El
amor de esta pareja se sometió a duras pruebas, pero, como se demuestra en las
raíces de la pintura "El abrazo de amor", el amor de Frida por Diego
fue tenaz. No obstante, el matrimonio no protegió a Frida de los sufrimientos y
padecimientos que caracterizaron su juventud, cuando un horrible accidente en
autobús dejó su cuerpo fracturado y debilitado por practicamente el resto de su
adultez. La incorregible actitud mujeriega de Diego, al colmo de relacionarse
con la propia hermana menor de Frida, Cristina, sólo contribuían a aumentar su
dolor. "Yo sufrí dos accidentes graves en mi vida", dijo una vez
Frida, "uno en el que un autobús me tumbó al suelo… el otro accidente es
Diego".
Fue un matrimonio que permaneció sin hijos y esto fue la fuente de muchas de las angustias de Frida, tanto como las infidelidades de Diego. Para Frida Diego era todo: "mi niño, mi amor, mi universo".
Como artistas, la pareja era muy productiva. Cada uno consideraba al otro como el mejor pintor y pintora de México. Frida se refería a Diego como el "arquitecto de la vida". Cada uno asumía con un profundo orgullo la creación del otro, a pesar de haber sido drásticamente diferentes en estilo y forma.
Diego Rivera sentado en frente del mural representando América “una lucha de clases” Montado en un andamio y a la intemperie, Diego pasaba horas trabajando en un mural día tras día, él amaba obsesivamente pintar, tanto como Frida lo amaba a él, entregando inmensos murales públicos sobre temas políticos. Frida, en cambio, estaba la mayor parte de su tiempo inmovilizada con un corsé y acostada en la cama o confinada a un cuarto de hospital, ya sea porque se estuviera sometiendo a una cirugía o recuperándose de alguna. Frida se alternaba intensamente entre la languidez y pintando obra personal. Cerca de una tercera parte de su obra, 55 pinturas, está compuesta de autorretratos. En algunos, su rostro, como una máscara, refleja una mirada fija e impasible. En otros en cambio, una gráfica y detallada representación de sus órganos internos nos revelan en correspondencia el estado de su mente. Ella era capaz de, en una sola imagen, revelarnos y revelarse lo más indigno de una traición, así como también el dolor de un aborto.
Fue un matrimonio que permaneció sin hijos y esto fue la fuente de muchas de las angustias de Frida, tanto como las infidelidades de Diego. Para Frida Diego era todo: "mi niño, mi amor, mi universo".
Como artistas, la pareja era muy productiva. Cada uno consideraba al otro como el mejor pintor y pintora de México. Frida se refería a Diego como el "arquitecto de la vida". Cada uno asumía con un profundo orgullo la creación del otro, a pesar de haber sido drásticamente diferentes en estilo y forma.
Diego Rivera sentado en frente del mural representando América “una lucha de clases” Montado en un andamio y a la intemperie, Diego pasaba horas trabajando en un mural día tras día, él amaba obsesivamente pintar, tanto como Frida lo amaba a él, entregando inmensos murales públicos sobre temas políticos. Frida, en cambio, estaba la mayor parte de su tiempo inmovilizada con un corsé y acostada en la cama o confinada a un cuarto de hospital, ya sea porque se estuviera sometiendo a una cirugía o recuperándose de alguna. Frida se alternaba intensamente entre la languidez y pintando obra personal. Cerca de una tercera parte de su obra, 55 pinturas, está compuesta de autorretratos. En algunos, su rostro, como una máscara, refleja una mirada fija e impasible. En otros en cambio, una gráfica y detallada representación de sus órganos internos nos revelan en correspondencia el estado de su mente. Ella era capaz de, en una sola imagen, revelarnos y revelarse lo más indigno de una traición, así como también el dolor de un aborto.
Diego, un artista del realismo socialista, se
fue una vez en lágrimas de orgullo cuando Picasso expresó su admiración en los
ojos de un autorretrato de Frida. Diego llegó a escribir una entusiasta carta
de recomendación a un amigo para una exposición de la obra de Frida: "Yo
la recomiendo, no como esposo sino, como un entusiasta admirador de su trabajo,
ácido y tierno, duro como el hierro y delicado y fino como el ala de una
mariposa, adorable como una hermosa sonrisa, profundo y cruel como lo más
implacable de la vida".
El trabajo de Frida, algunas veces fantástico otras
sangriento, ha sido definido como surrealista, al respecto una vez ella comentó
que nunca había pensado en que ella era una surrealista "hasta que Andre
Bretón vino a México y me lo dijo". ("El trabajo de Frida Kahlo es la
mecha de una bomba" escribió de admiración Bretón). Sin embargo, Frida
evadía todo tipo de etiquetas, Diego por su parte, la definía como realista. Su
principal biógrafa, Hayden Herrera, parece coincidir con él cuando escribe que,
incluso en sus más complejas y enigmáticas pinturas, "Lo que el agua me
dio" por ejemplo, "Frida está "con los pies muy sobre la
tierra" al representar imágenes reales de la forma más literal y
directa". Como es el caso del arte típico mexicano, las pinturas de Frida
"hechos y fantasías se entremezclan como si fueran inseparables e
igualmente reales", agrega Herrera.
Pintura de Frida “Las dos Fridas” "No sé si
mis pinturas son o no surrealistas pero, lo que sí estoy segura es que son la
expresión más franca de mi ser", Frida escribió una vez. Como mis temas
han sido siempre mis sensaciones, mis estados de ánimo y las reacciones
profundas que la vida ha producido en mí, yo lo he llevado objetivamente y
plasmado en las figuras que hago de mi misma, que es lo más sincero y real que
he podido hacer para expresar lo que yo he sentido dentro y fuera de mí
misma".
La figura de Frida y su obra son un desafío a
cualquier definición absoluta porque, se prestan más a una descripción en la
cual ambigüedad la caracteriza. Frida se alternaba entre la esperanza y la
desesperación. Le encantaba bailar y las multitudes, coquetear y seducir, sin
embargo, a veces se sentía miserablemente sola y rogaba a sus amigos y amantes
que la visitaran o que no la "olvidaran". Poseía un agudo sentido del
humor, usualmente un marcado humor negro al igual que, una disposición muy
aguda a la inventiva y la metáfora. Frida siempre se esmeró por mantener un
hogar para Diego y amaba preocuparse por él, prepararle comida y bañarlo. Le
encantaba rodearse de mascotas exóticas como monos araña y perros, y adoraba a
los niños los que siempre trataba como iguales. Frida gustaba de los chismes,
chistes subidos de tono y los sin sentidos en cambio, aborrecía la pretensión.
Trataba a los sirvientes como a su propia familia y a los estudiantes como
colegas muy estimados. Frida Kahlo era la personificación de la alegría, un
anhelo por la vida. Valoraba la honestidad, especialmente la propia. Una vez le
escribió a un antiguo amante, quien abiertamente la había dejado por su
debilidad física, "tú mereces lo mejor de lo mejor porque, tú eres una de
esas pocas personas que, en este mísero mundo siguen siendo honestas consigo
mismas y esa es la única cosa que realmente cuenta".
Cuando Frida Kahlo muere a los 47 años de edad, el
13 de Julio de 1954, dejó una serie de pinturas que corresponden a la
representación de su evolución como persona, al igual que, una serie de
emotivas cartas a amantes y amigos junto a un colorido y cándido diario. Todo
esto es una irrefutable evidencia de que su vida no fue nada menos que una
búsqueda por ser honesta consigo misma, incluyendo fecha de nacimiento (1910) y
todo lo demás.
Extraído de:
http://www.pbs.org/weta/fridakahlo/life/index_esp.html