Por Anamaría Morales A
Dos días después de la posesión de
nuestro nuevo presidente y sabiéndonos de las superfluas y banales consideraciones,
análisis y críticas del tono los discursos en este acto pronunciados, yo, como mujer,
debo resaltar el hecho sin antecedentes en la designación de gabinete
ministerial en el que mujeres colombianas, seleccionadas con rigor académico, político
y valores personales, ocuparan la mita de estos altos cargos. El que Marta Lucia Ramírez, hoy sea la primera
mujer que llegue a la Vicepresidencia y que eventualmente deba ocupar la
Primera Magistratura de la nación, también merece la especial atención de analistas
y críticos del momento, por encima del “con qué tonito y como lo dijeron”, los
oradores de 7 de agosto.
Sin meterme en consideraciones de género
o en dictados feministas de cajón, debo expresar que este momento histórico es de
gran importancia para Colombia, por lo que hemos, las mujeres de este país, conquista
con estudio, dedicación y sacrificio y que debe marcar el punto de partida para
sacar del maltrata, la explotación y la discriminación de todas las mujeres de Colombia.
Las mujeres de esta tierra debemos
sentirnos muy bien representadas con nuestra coterránea María Victoria Angulo González,
en el Ministerio de Educación, la cartera más importante y relevante para el
desarrollo futuro de nuestra querida Colombia. El ejemplo que ha dado el presidente Duque, debe ser de voluntad obligada de mandatarios seccionales y locales. Los buenos ejemplos hay que seguirlos. Ya debe pasar el tiempo en que para tranzar el merecimiento femenino nos pongan en desfiles, reinados o como buenas amas de casa y nos hagan una fiestita el día de las madres.
Mujeres del mundo les anuncio que Colombia
ha dado un gran salto hacia la Equidad de Género.
