Honduras, República Dominicana, El Salvador, Bolivia y Brasil, los países más inseguros de América Latina para las mujer
En toda la región, incluido el
Caribe, 12 mujeres son asesinadas al día por razón de género. La estrategia
para enfrentar de forma urgente esta pandemia en la sombra debe basarse en
cuatro pilares: financiamiento, prevención, respuesta pública y sistemas de
información.
En 2021, al menos 4473 mujeres fueron
víctimas asesinadas en América Latina y el Caribe por razones de género, según
los últimos datos oficiales informados
por los países al Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el
Caribe (OIG) de la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL).
Esa cifra representa al menos 12
muertes violentas de mujeres por razón de género cada día en la región, alerta
la institución.
“Desde hace una década y media, los
Estados de América Latina y el Caribe han reconocido la gravedad de la
violencia feminicida y las muertes violentas de mujeres por razón de género, lo
que se ha expresado en la aprobación de leyes y protocolos y en la construcción
de institucionalidad específica”, asegura el organismo de la ONU que destaca que
“a pesar de estos avances, el feminicidio persiste como una realidad y
no se observan señales claras de que el fenómeno vaya en disminución”.
En 2021, de los 18 países o
territorios de América Latina que proporcionaron información, 11 presentaban
una tasa igual o superior a una víctima de feminicidio, también conocido como
femicidio, por cada 100.000 mujeres.
Las mayores tasas de feminicidio en
América Latina se registraron en Honduras (4,6 casos por cada 100.000 mujeres),
la República Dominicana (2,7 casos), El Salvador (2,4 casos), Bolivia (1,8
casos) y Brasil (1,7 casos).
En el Caribe, un total de 28 mujeres
fueron víctimas de violencia letal de género en 11 países y territorios que
entregaron información correspondiente a 2021. Belice y Guyana presentaron
las mayores tasas de femicidio o feminicidio en el Caribe, con 3,5 y 2,0
por cada 100.000 mujeres, respectivamente.
Un reciente estudio de la ONU,
mostraba que a nivel mundial el hogar es un lugar mortal para muchas mujeres y
niñas, ya que en todo el mundo cinco mujeres o niñas son asesinadas cada hora
por alguien de su propia familia.
Balam-ha Carrillo Una víctima de la violencia de género, junto con su hija, en un hotel refugio para mujeres en México. |
Las mujeres jóvenes, las más atacadas
“Las cifras que hoy presentamos sobre
femicidios en América Latina y el Caribe son inaceptables. Nuestra obligación
es redoblar esfuerzos para que las mujeres y niñas de nuestra región puedan
ejercer verdaderamente su derecho a vivir una vida libre de violencia y
discriminación”, dijo el secretario ejecutivo de la CEPAL, José Manuel
Salazar-Xirinachs, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia
contra la Mujer que se celebra cada 25 de noviembre y que da
inicio a 16 días de activismo hasta
el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos.
En 10 países de América Latina, de
los 18 analizados, las tasas de feminicidio se mantuvieron iguales o superiores
a un caso por cada 100.000 mujeres entre 2019 y 2021: Argentina, Bolivia,
Brasil, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Paraguay, República
Dominicana y Uruguay.
Las adolescentes y jóvenes de entre
15 y 29 años componen el tramo etario en que se concentra la mayor proporción
de mujeres asesinadas, de acuerdo con datos de 16 países y territorios de la
región entre 2019 y 2021. Más de un 4% del total de esos delitos corresponden a
niñas menores de 14 años.
Además, en 2021 al menos 781 niñas,
niños y adolescentes y otros dependientes perdieron a su madre o cuidadora por
esta causa en tan solo 10 países de la región que cuentan con datos al
respecto.
“Este número revela el gran impacto
que tiene la violencia de género no solo en las mujeres víctimas, sino
también en sus familias, la comunidad y la sociedad en su conjunto”,
subraya la CEPAL.
La necesidad de las
estadísticas
“Producir información estadística de
calidad (…) requiere ir más allá del conteo del número de víctimas”,
plantea la comisión regional de las Naciones Unidas y agrega que “para que la
información sirva al diseño de políticas públicas integrales (…), es importante
conocer una serie de datos clave, como las características de las víctimas y
los agresores, su relación, los contextos en que se desarrollaron estos
delitos, el medio utilizado para causar la muerte y si la víctima había
presentado alguna queja previa contra el agresor, entre otros”.
La CEPAL acompaña a varios países de
la región en el mejoramiento de sus registros administrativos sobre
feminicidios, y observa su fortalecimiento general en términos de fiabilidad,
lo que potencia la comparabilidad a nivel regional.
La Comisión aclara que un factor que debe destacarse es que la información sobre femicidios o feminicidios está en constante actualización por parte de los países. Esto se relaciona mayoritariamente con el avance de las investigaciones judiciales, de modo que cifras de años anteriores están sujetas a corrección, lo que puede modificar las cifras totales que se publican cada año a nivel regional.
© UNICEF/Claudio Versiani |
Sociedad del cuidado
Hace dos semanas, en la XV
Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, los Estados
miembros de la Comisión de la ONU se comprometieron a lograr una recuperación
transformadora con igualdad de género orientada a la sostenibilidad de la vida
y transitar hacia la sociedad del cuidado.
En la cita se acordó impulsar leyes,
políticas, planes de acción integrales y multisectoriales, y programas
educativos de sensibilización “para prevenir, atender, sancionar y erradicar
todas las formas de violencia y discriminación por razón de género contra las
mujeres, las adolescentes y las niñas en toda su diversidad, en sus diferentes
ámbitos y manifestaciones, incluidas las prácticas nocivas como la mutilación
genital femenina, el matrimonio infantil y las uniones tempranas”.
El feminicidio es solo la expresión
extrema de la desigualdad, la discriminación y las múltiples formas de violencia
contra las mujeres y las niñas.
Por ejemplo, de acuerdo con encuestas
nacionales especializadas de la región, entre el 60% y el 76% de las mujeres
(alrededor de 2 de cada 3) han sido víctimas de violencia por razones de género
en distintos ámbitos de su vida.
Además, en promedio una de cada
cuatro mujeres ha sido víctima o vive violencia física o sexual por un
perpetrador que era o es su pareja, lo que conlleva el riesgo de la violencia
letal. A su vez, los matrimonios y uniones infantiles, tempranos y forzados son
una práctica nociva y una manifestación de violencia de género persistente y
extendida en la región y afectan a una de cada cinco niñas.
“Lograr la autonomía de las mujeres y
las niñas en toda su diversidad y la igualdad de género es uno de los
compromisos asumidos por los países de la región en el marco de la Agenda
2030 de Desarrollo Sostenible y la Agenda Regional de Género.
Construir una sociedad del cuidado y un nuevo modelo de desarrollo que
ponga la sostenibilidad de la vida en el centro solo será posible si se
cumplen los Objetivos de Desarrollo Sostenible y se garantiza el
derecho de todas las mujeres y niñas a vivir una vida libre de todas las formas
de violencia”, concluyó José Manuel Salazar-Xirinachs.
La violencia contra
las mujeres, la violación de derechos humanos más generalizada
También hoy y con motivo de la
conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la
Mujer, 11 entidades de la ONU afirmaron que esta lacra no sólo es una de las
peores formas de discriminación, sino que sigue siendo la violación de los
derechos humanos más extendida y generalizada en el mundo.
En una declaración con la que se
inicia la campaña ¡Únete! Activismo para poner fin a
la violencia contra las mujeres y las niñas, recordaron que se
calcula que una de cada tres mujeres sufre violencia de género a lo largo de su
vida.
Además, el año pasado, casi una
de cada cinco mujeres de entre 20 y 24 años se había casado antes de cumplir
los 18 años y menos del 40% de las que sufren violencia buscan ayuda
de algún tipo.
Desencadenantes de la violencia
Al mismo tiempo, las emergencias
mundiales, las crisis y los conflictos han intensificado aún más la violencia
contra las mujeres y han exacerbado los factores de riesgo.
"Desde el inicio de COVID-19, el 45% de las mujeres declararon que
ellas o una mujer que conocían había sufrido una forma de violencia",
según la declaración.
Las catástrofes naturales también
agravan todos los tipos de violencia de género, como se vio en 2005 durante el huracán Katrina,
en el terremoto de 2010 en Haití, en los ciclones tropicales de 2011 en
Vanuatu, y durante los incendios forestales en Australia registrados de 2019 a
2022.
Mientras tanto, las formas existentes
de violencia de género han crecido en línea a medida que los movimientos
antiderechos han florecido.
Esto ha provocado "la reducción
del espacio para la sociedad civil, una reacción contra las organizaciones de
derechos de las mujeres y un aumento de los ataques contra las defensoras de
los derechos humanos y las activistas", afirmaron las entidades de la ONU.
UNDP Costa Rica La reducción a gran escala de la violencia contra las mujeres puede lograrse mediante un intenso activismo y defensa feministas |
Combatir la lacra
Aunque acabar con la violencia de
género pueda parecer inimaginable, la ONU subrayó que "no lo es".
"La reducción a gran escala
de la violencia contra las mujeres puede lograrse mediante un intenso activismo
y defensa feministas, junto con acciones e inversiones multisectoriales
basadas en pruebas y prácticas", prosigue la declaración.
Citando las pruebas que sugieren que
"los movimientos feministas fuertes y autónomos" son "el factor
más crítico" para poner fin a la violencia contra las mujeres, ONU
Mujeres y sus organismos afines hacen un llamamiento a los
gobiernos y socios para que "actúen ahora para poner fin a la violencia
contra las mujeres y muestren su solidaridad con los movimientos y activistas
por los derechos de las mujeres".
Tomar medidas, haz
frente a la violencia
A través de la campaña ÚNETE, la
ONU pide que se aumente la financiación y el apoyo a largo plazo a las
organizaciones de derechos de las mujeres que trabajan en soluciones
para prevenir y responder a la violencia contra las mujeres.
También aboga por:
- resistirse al retroceso de los derechos de las
mujeres
- amplificar las voces de las defensoras de los
derechos humanos y de los movimientos feministas de mujeres
- movilizar a más actores para que se unan a los
movimientos para acabar con la VAGW en todo el mundo
- promover
el liderazgo y la participación de las mujeres y las niñas en los espacios
políticos, de elaboración de políticas y de toma de decisiones
La declaración también subraya la
necesidad de reforzar las protecciones para prevenir y eliminar la violencia,
el acoso, las amenazas, la intimidación y la discriminación contra las
defensoras de los derechos humanos y las defensoras de los derechos de la
mujer.